Dos amigos, estudiantes de Computación en Exactas-UBA, comenzaron con una pequeña iniciativa en desarrollo de software, sin imaginarse que unos años después fundarían una cooperativa de software única en Argentina. Y que reinventarían el modo tradicional de organizar una empresa tecnológica, centrándose en la horizontalidad, la transparencia y equidad entre sus integrantes. Así nació Eryx, que hoy tiene 35 personas socias trabajando en exitosos proyectos de desarrollo de software a medida, análisis de datos e investigación para empresas con presencia global. En esta nota te contamos la historia de este emprendimiento inédito.

Agustín Mosteiro y Luciano Leveroni estaban cursando juntos Ciencias de la Computación en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Como otros estudiantes que decidían emprender por ese entonces -era el año 2011- se reunían en la casa de Agustín para desarrollar proyectos freelance de programación, consultoría y desarrollo de software a medida para clientes eventuales.

Con el tiempo les empezó a ir muy bien, sumaron nuevos proyectos y se fue incorporando gente hasta llegar a ser un equipo de seis personas, por lo que dos años después (en 2013) se instalaron en “La Maquinita”, un espacio de coworking en Palermo Soho. Allí no sólo pudieron trabajar más cómodos, sino que conocieron a muchas más empresas, instituciones y profesionales emprendedores, lo que hizo que la rueda siga girando aún más.

Ellos tenían algo muy claro: que no querían ser empleados ni tener jefes y que querían hacer software entre pares”, precisa Federico Pousa, uno de los actuales socios de Eryx, a cargo del área de Investigación y Desarrollo (I+D). Esa horizontalidad ya se vislumbraba en la forma transparente y colaborativa de trabajar, desarrollar equipos y tomar decisiones, impregnada por los socios fundadores. Sin embargo, al seguir creciendo sostenidamente, debían organizarse (estructural y legalmente) como empresa. Si bien estaban por elegir la opción tradicional de una SRL, fue en ese momento cuando uno de sus conocidos en el espacio de coworking les despertó la inquietud de conocer mejor las experiencias de cooperativismo en tecnología.

Ahí fue cuando se fascinaron con ese mundo del cooperativismo, completamente nuevo para ellos y se dieron cuenta de que eso era lo que realmente querían para funcionar como organización. El tema es que, a diferencia de la actualidad que es un trámite muy sencillo, en ese momento el trámite para conformar una cooperativa a través del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) era largo y complejo. Por lo que tuvieron que seguir funcionando como estaban, hasta que recién en 2016 se dio la aprobación formal a la empresa Eryx para funcionar como cooperativa”, explica Pousa.

Eryx siguió sumando socios y se mantuvo en el espacio de coworking hasta 2019, momento en el que llegó a tener unos veinte socios, que además de las áreas técnicas comenzaron a incluir áreas especializadas de administración, gestión del talento, comunicación, diseño, etc.

Claramente esa expansión ameritaba mudarse a una oficina propia. “Hacíamos tanto barullo en ese coworking que en cualquier momento nos iban a echar”, cuenta entre risas Pousa, quien se incorporó a la empresa en 2018, luego de finalizar su Doctorado en Ciencias de la Computación en Exactas.  “Cruzamos la avenida Juan B. Justo, por así decirlo, y nos mudamos a una hermosísima casona en Palermo Hollywood, instalando oficinas en dos pisos, y aprovechando que la casa tiene un fondo con jardín, quincho con parrilla y todas las comodidades que realmente necesitaba un espacio de gente con mucha afinidad para trabajar juntos”, comenta.

Cultura de trabajo y cooperativismo

Eryx se presenta en su web como un dream team multidisciplinario formado por múltiples roles que podrían converger en la misma idea nuclear de cooperativa: socios, jefes, compañeros, amigos, etc.

No obstante, son los valores o premisas que sustentan la organización lo que hacen mucho más fuerte ese sentido de orgullo cooperativo, reciprocidad y apoyo mutuo:

1) Toma de decisiones compartida: a diferencia de una empresa vertical, todas las personas socias tienen la oportunidad de participar en las decisiones importantes que afectan a la cooperativa, desde los salarios e incentivos hasta la estrategia de la empresa. Esto crea un ambiente donde todas las personas se sienten comprometidas y fomenta la transparencia en la empresa.

2) Libertad: cada integrante de la cooperativa tiene la libertad de organizar su trabajo de la manera que mejor se adapte a sus necesidades y estilo de vida, lo que fomenta la creatividad y la innovación.

3) Elección de recorrido profesional: cada socio puede elegir su propio camino profesional, explorando diferentes roles y responsabilidades dentro de la cooperativa según sus intereses y habilidades.

4) Participación democrática en áreas y comisiones: es la posibilidad de involucrarse en áreas que no están directamente relacionadas con la carrera principal de cada socio, como decisiones contables, operativas y de gestión. Esto no solo le amplía sus horizontes, sino que también le permite contribuir de una manera distinta a una empresa tradicional. Si bien no existen jerarquías, cada área tiene un líder de proyecto que se ocupa de la gestión en el día a día de esa área.

5) Esquema de retiros: se establece un esquema consensuado que define cuánto gana cada socio o socia dependiendo de la cantidad de horas trabajadas, dedicación invertida y la cantidad de años en la cooperativa, independientemente del rol que cumpla esa persona (ya que las escalas de retiro están unificadas para todos los roles, sean técnicos o no). A partir de esos criterios se presenta un plan colectivo de escalas de carrera profesional que es consultado y votado entre todos los socios. En definitiva, esto determina cuánto dinero se lleva cada integrante, algo que es conocido y transparente para todos.

6) Ambiente de trabajo amigable y flexible: se promueve un equilibrio saludable entre vida laboral y personal, entre el tiempo laboral y el ocio, ya que además de los encuentros en la oficina (y la posibilidad que tienen los socios de elegir ciertos días para trabajar en forma remota) desarrollan After Office, asados en el lugar de trabajo y se utiliza la comodidad de las salas para tomar clases de yoga, ping pong, entre otros.

Todos estos valores se reflejan en diferentes testimonios de socios de Eryx. Nahuel Lascano, Licenciado en Ciencias de la Computación (UBA) e Ingeniero de Software, trabaja hace siete años en Eryx, destaca esta sensación de compromiso, “la estructura de la cooperativa marca que cuando las personas están haciendo cosas por la cooperativa las hacen comprometidas porque saben que el producto final, que el resultado de aquello que hagan en el fondo va a ser propio, entonces eso aumenta mucho el entusiasmo y el compromiso. No sólo hace que el equipo sea divino, que nos llevemos muy bien, sino que esté completamente motivado”. Y resalta que la transparencia y la horizontalidad, “te da una sensación de ownership que en una organización vertical diría que es imposible de lograr”.

Por su parte, Carolina Wright, Licenciada en Ciencias de la Computación (UBA) e Ingeniera Senior de Software, llegó a Eryx hace un año y subraya el hecho de que, al ser una cooperativa de trabajo, todos los miembros del equipo tienen voz y voto en las decisiones, “esto crea un ambiente de trabajo democrático, colaborativo y participativo. Hay una cultura de confianza y respeto que valoro muchísimo y en la cual me siento valorada y parte integral del éxito colectivo. Además, nunca estás sólo en un desafío, siempre hay alguien dispuesto a ayudarte o compartir su experiencia”.

Un aspecto relevante en la organización es el tipo de perfil que contratan más allá de la expertise técnica: “en las entrevistas primero le contamos qué es una cooperativa y cómo funciona, porque a veces vienen estudiantes universitarios de segundo año que desconocen el tema”, puntualiza Pousa. No obstante, buscan candidatos proactivos a los que les interese participar, debatir y opinar sobre las decisiones de la empresa, “a nivel humano no es que nosotros buscamos algo en particular o que piense de cierta manera, ideológica o política, pero sí nos interesa que pueda debatir de una manera razonable, que sea respetuoso y genere armonía con el clima de trabajo. Si solo es una persona a la que le interesa llegar a la oficina, programar lo suyo e irse, tal vez esta no es la mejor opción para su carrera. En cambio, si quiere ser protagonista de las decisiones de la empresa e integrarse a una cultura de trabajo 100% horizontal y transparente, seguramente es un buen rumbo”.

Actualmente en Eryx el 90% de los perfiles técnicos son de Exactas y el 10% de Ingeniería, y las carreras son diversas, desde Ciencias de la Computación, hasta Matemática, Ingeniería en Sistemas y Ciencia de Datos.

Mucho más que una Software Factory

Eryx ha desarrollado cientos de proyectos de software, análisis y procesamiento de datos para empresas globales, nacionales y organizaciones públicas, de primer nivel. En los últimos años, comenzó a complementar el desarrollo de software a medida -basado usualmente en un proceso colaborativo, personalizado y ágil con el cliente- con un área de I+D donde se generan proyectos aplicados basados en visión computacional y criptografía (sobre todo en ciberseguridad y blockchain).

Estamos desarrollando proyectos de calidad de procesos automáticos centrados en visión e imágenes satelitales. Recientemente realizamos un sistema basado en IA para que Toyota Boshoku Argentina (TBAR) pueda controlar la calidad de sus autopartes de forma automática. Y seguimos incorporando tecnología a diversas industrias y procesos industriales de manufactura, a los que cada vez más se les presenta esta demanda”, explica Pousa, quien desde hace seis años está a cargo de potenciar la investigación científica aplicada (comúnmente denominada “investigación operativa”) en la empresa. Al mismo tiempo, otro proyecto destacado consiste en el monitoreo de los cultivos de una gran empresa arrocera de Argentina, la cual necesita optimizar la observación de la inundación correcta de los terrenos, usando imágenes satelitales.

A su vez, desde el área de Eryx Labs están generando varios proyectos sin fines de lucro, educativos y con impacto social. Por ejemplo, como a uno de los socios le apasionaba el tema aeroespacial, desarrollaron “Aurora”: consiste en llevar una caja al espacio, la cual contiene cámaras y distintos elementos de medición, a una altura de 21 kilómetros, utilizando un globo meteorológico y una computadora especialmente diseñada para este fin. El proyecto es de código abierto, para que cualquier persona pueda replicarlo, y tiene diversos fines de investigación para conseguir imágenes y mediciones interesantes de la estratósfera.

 

 

Eryx como estilo de vida

En cuanto a lo que la cooperativa significa para sus socios, las historias son más que reveladoras y evidencian la convivencia de valores personales con atributos colectivos.

Federico Pousa: “Es un proyecto interesantísimo, donde siento que hay mucha calidad humana, tanto del lado técnico como de las cualidades interpersonales, y eso para mí es muy importante. Un proyecto que trasciende lo laboral, porque compartimos muchas vivencias y experiencias a lo largo de los años. Creo que es importante que conozcan nuestra cooperativa como alternativa de carrera profesional, porque hay organizaciones de pocas personas que podrían funcionar de esta misma manera y obtener múltiples beneficios. No digo que sea la única manera, de hecho tiene sus desafíos, pero es importante que el mundo sepa que las cooperativas de software son cada vez más viables y que otra economía es posible”.

Carolina Wright: “Significa mucho más que un lugar de trabajo. Es una comunidad donde los valores de compañerismo, equidad y trabajo en equipo son fundamentales. Estos valores no solo definen la identidad de la cooperativa, sino que también son parte integral de mi propia filosofía de vida. Al mismo tiempo, la equidad es un pilar central en la cooperativa: cada persona socia tiene las mismas oportunidades de participar y crecer, sin importar su rol o antigüedad. Esto crea un ambiente inclusivo y justo, que valoro profundamente”.

Nahuel Lascano: “Eryx es mi proyecto de vida, se convirtió bastante rápido en eso, ya llevo siete años acá y ya en los primeros meses me di cuenta que era el lugar donde quería desarrollar mi carrera profesional, por lo menos por el futuro que llego a vislumbrar. La misma dinámica de la cooperativa me fue abriendo las puertas para promover y defender valores con los que ya venía, que luego fueron incorporados por la organización, como el hecho de que nuestras escalas de retiro de dinero estén unificadas para todos los roles, independientemente de que seas programador, diseñador o administrativo. El hecho de compartir esos valores de manera recíproca es algo hermoso. A lo largo del tiempo crecí muchísimo, aprendí un montón y sigo aprendiendo de los valores de nuestro equipo”.

Sin lugar a dudas, lograr la innovación tecnológica y el software de calidad también es posible a través de una organización cooperativa, de la que sus integrantes se sienten orgullosos de formar parte y mantienen intactas las expectativas de seguir superándose día a día.